Por Juan Manuel Grijalvo|2022-10-14T00:02:39+02:00febrero 28th, 2016|
Es Vedrà i es Vedranell, 6 de agosto de 2006
<<<
Nuestra especie ha tenido desde siempre
una considerable inquietud motora,
heredada acaso de nuestros antepasados arborícolas.
Aún hoy, nuestros parientes más próximos
se pasan buena parte de su tiempo
columpiándose de una rama a otra
en busca de comida, de congéneres
o simplemente de juguetes.
Un buen día alguno decidió bajar al suelo,
y con eso inventó los viajes para primates.
Poco a poco hemos recorrido distancias enormes,
hasta colonizar todos los rincones habitables del planeta.
Cuando digo habitables hay que entenderlo en un sentido muy amplio.
Groenlandia o el desierto del Sahara no son sitios ideales para la vida;
sin embargo, hace tiempo que corren personas por ahí.
Por supuesto, la inmensa mayoría nacieron y murieron en la misma aldea.
Pero bastó que algún espabilado pusiera en marcha el primer vehículo
para que ese anhelo insatisfecho de ver mundo y de huir de nosotros mismos
se volviera una obsesión…
<<< […]