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Ultima Hora, FDS,

8 de febrero de 2002

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Contra lo que

pudiera creerse, Tolkien

no fue un literato profesional.

Se ganaba la vida como catedrático de filología en Oxford

y escribía relatos para que los leyeran sus hijos y sus amigos.

Por eso muchos de los libros que podemos encontrar hoy

fueron publicados póstumamente, en ediciones preparadas

por su hijo Christopher.

Sin pretensión alguna de agotar el tema, hoy querría hablarle de algunas obras breves

que no tienen el calado de «El Señor de los Anillos» o del «Silmarillion», pero no por eso son de desdeñar.

Por ejemplo, en castellano han aparecido en un solo volumen «Egidio, el granjero de Ham», «Hoja de Niggle» y «El herrero de Wooton Mayor». La primera es, probablemente, la lectura perfecta para «equilibrar» el «Silmarillion». Es un cuento corto, protagonizado por el granjero Egidio… y el dragón Chrysophilax Dives. Cuando uno lo compara con Glaurung, incluso con Smaug, se pregunta cómo han podido salir todos de la misma mente. Y se maravilla de la fecundidad de la fantasía de Tolkien. Por cierto, si no ha leído usted ningún libro suyo, este es, probablemente, el más indicado como «aperitivo», incluso más que «El Hobbit». Lo bueno, si breve, dos veces bueno…

«Hoja de Niggle» es un cuento metafísico. Al parecer, una de las frustraciones de Tolkien es que consideraba que sus lectores no lo apreciaban tanto como otras obras suyas, que él mismo juzgaba menos interesantes. Nos cuenta la historia de un pintor y de un cuadro que representa un árbol.

En inglés ha aparecido siempre bajo la misma cubierta que el ensayo «On Fairy-Stories», bajo el título «Tree and Leaf», árbol y hoja. No tengo noticia de que nadie haya traducido este texto al castellano. Supongo que ahora sí que aparecerá, porque el «tirón de ventas» de la película está haciendo subir las acciones de todas las cosas «marca Tolkien». Yo creo que no será una moda pasajera. Muchos de los que han conocido los libros ahora querrán saber más sobre la Tierra-media y los demás mundos de Tolkien. Sólo por eso ya vale la pena recomendarla.

«On Fairy-Stories» no es ficción. Es una disertación sobre la fantasía, sobre la necesidad que tenemos todos de ella, y sobre los motivos del autor para escribir: «I desired dragons with a profound desire». En mi opinión, no tiene desperdicio. Es un concentrado de sus ideas sobre muchas cosas, un programa de actividad y una explicación de lo que hay dentro de las obras más conocidas.

Si Tolkien hubiera vivido más tiempo, tal vez «El herrero de Wooton Mayor» hubiera sido otro «Hobbit»… Pedir otro «Señor» me parece demasiado. Es un texto corto sobre una persona que recibe un don, y el uso que debe darle.

Otro día, si usted quiere, podemos seguir hablando de libros. A mí me gusta mucho Tolkien, pero no soy lector de un solo autor, ni mucho menos… Me encuentra usted en

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o por la calle, como siempre…

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