<<<

20220224

<<<

Tolkien

nos proponía

y nos propone

luchar contra un Mal

que no es abstracto

y que tiene miles,

tal vez millones,

de agentes

trabajando

aquí y ahora.

Estuvo en la PGM,

y resume así

la experiencia:

«One has indeed personally to come under the shadow of war to feel fully its oppression; but as the years go by it seems now often forgotten that to be caught in youth by 1914 was no less hideous an experience than to be involved in 1939 and the following years. By 1918 all but one of my close friends were dead.»

<<<

Hay un momento en «The Lord of the Rings» que me parece especialmente útil como punto de partida para una de mis excursiones por los cerros de Úbeda.

The Farmer Cotton nos habla de la paz en estos términos:

«There wasn’t no smoke left, save for the Men; and the Chief didn’t hold with beer, save for his Men, and closed all the inns; and everything except Rules got shorter and shorter, unless one could hide a bit of one’s own when the ruffians went round gathering stuff up «for fair distribution»: which meant they got it and we didn’t, except for the leavings which you could have at the Shirriff-houses, if you could stomach them.»

Cuando uno quiere traducir esta frase al castellano puede pensar que «the ruffians» son «los rufianes» sin más.

Y no es tan simple. Por aquí, según el DLE, un rufián es…

1. m. y f. Persona sin honor, perversa, despreciable.

2. m. Hombre dedicado al tráfico de la prostitución.

… sobre todo, un chulo a sueldo que mantiene el orden en un lupanar.

Buscando en mi memoria, he encontrado una película de Walt Disney,

oportunamente doblada al castellano, como todas in illo tempore.

Era «La Bella Durmiente», y Maléfica tenía secuaces. Según el DLE:

1. adj. Que sigue el partido, doctrina u opinión de otro. U. t. c. s. U. m. en sent. peyor.

Parece que no soy el único que se acuerda de ellos, porque he encontrado esto hoy mismo en la Wikipedia:

«Maléfica lo llama cariñosamente «Fiel Amigo», ya que su querida mascota es su más leal esbirro y el más fiel de sus secuaces».

El término «secuaz» también es despectivo, como «rufián», pero no tiene las mismas connotaciones que «esbirro»:

1. m. Oficial inferior de justicia que se encargaba de prender a los delincuentes.

2. m. y f. despect. Persona que ejecuta las órdenes de otra o de una autoridad, especialmente si para ello debe emplear la violencia.

3. m. y f. despect. Persona que sigue servilmente a otra por dinero o por interés.

Aquí y ahora, disponemos de otros muchos vocablos para designar a los oficiales inferiores de justicia. El problema es que suelen venir del argot de los delincuentes. Es, sin duda, la parte de la lengua que más, y más deprisa, evoluciona: cuando cualquiera de sus hallazgos tiene éxito comunicativo y llega a ser entendido por otros hablantes, ellos inventan otro y lo ponen en circulación, naturalmente, sólo entre ellos… y así para siempre. Podría traer a colación varios ejemplos, pero estoy seguro de que usted encontrará alguno en su memoria sin devanarse mucho las meninges.

Y se me ocurre otro más para redondear la excursión: muñidor, ra. Según el DLE:

1. m. y f. Persona que gestiona activamente para concertar tratos o fraguar intrigas, o con cualquier otro fin semejante.

2. m. y f. Criado de cofradía, que sirve para avisar a los hermanos de las fiestas, entierros y otros ejercicios a que deben concurrir.

El caso es que todas estas palabras parecen -y son- antiguas, pero están de rrrabiosa actualidad.

>>>