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Chris Stewart – Entre limones – Historia de un optimista – Azahar
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Título original: Driving over Lemons
Traducción: Alicia de Benito Harland
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En primavera
el florecer de los naranjos
te coge desprevenido.
Al principio sólo se nota una pálida bruma entre el verde oscuro de las hojas, que es el verde de los capullos de las flores. Entonces, de repente, los capullos se transforman en exquisitas estrellas blancas de cinco pétalos que salen en forma radial de unos pistilos y estambres de color amarillo cremoso. El olor es delicado y embriagador, y cuando cada uno de los árboles se convierte en una masa de flores blancas, queda suspendida en el aire una nube casi tangible de olor a azahar.
La flor dura muchas semanas, perfumando los meses de abril, mayo y junio, y durante todo ese tiempo los árboles están plagados de abejas zumbando insistentemente a su alrededor. Entonces, cuando las flores se marchitan, aparece en el centro de cada una de ellas una pequeñísima naranja verde que es una perfecta réplica en miniatura de lo que será el fruto completamente formado. Si cada naranjita madurara, un árbol medio soportaría un peso de entre veinte y treinta toneladas de fruta, pero las brisas, los pájaros y los maravillosos mecanismos del propio árbol contribuyen a que su número disminuya. El suelo por debajo de cada naranjo se convierte en un mosaico de flores y naranjas. Nuestros vecinos extienden sábanas bajo los naranjos para recoger las flores y hacer infusiones de flor de azahar, que al parecer ayuda a conciliar el sueño.
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