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Este pequeño trabajo está dedicado al M.I. P. Miguel Ángel Sánchez Gómez, O.P.

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Verá usted, la vialidad en Sant Joan tiene una prioridad evidente: la radialidad.

En el contexto de los estudios sobre las redes de transporte, usted pensará inmediatamente en las grandes ciudades, en las capitales de los Estados: París, Berlín, Madrid… En el siglo XX la cosa se extendió a los «hubs» aeroportuarios. En el término municipal de Sant Joan de Labritja, la aplicación práctica sería comunicar todos los núcleos de población con la sede administrativa del Ayuntamiento.

Peeero… una ojeada de cinco segundos al mapa de carreteras nos demuestra que todos esos núcleos están bien conectados con… Vila, naturalmente. Eso no es así porque sí. Como nos dice Antoni Ferrer Abárzuza, «La finalitat de control fiscal de la pagesia des del centre urbà, on residien els poders estatals (reials, senyorials, municipals) ha fet i explica perquè els camins d’Eivissa són radials. És a dir, que uneixen la vila o ciutat d’Eivissa -segons l’època de què parlem- amb diferents punts de l’illa». Esta cita es de su conferencia «Qué són els camins? Alguns camins històrics». Eso de la radialidad está ahí al menos desde 1235.

Hacia 1953, Marià Villangómez nos hace dos preguntas:

«Per a aquests pagesos lligats a la terra, existeix la història, el passat? O només compta, amb el present, un curt record? Amb els vells que van morint s’esvaneix la memòria del passat més remot que pot tenir importància per als qui resten. Tanmateix, des dels anys d’infantesa dels ara més vells fins avui, no han estat escassos els canvis a la vida del poble, com a tot el món. Aquell ancià -sentim dir a algú- encara es recorda de quan no hi havia més que un carro al poble. Ara hi ha un carro a cada casa, i els vells asenets i someres, portadors de somada, s’han convertit en mules i cavalls. No parlem de les innombrables bicicletes, dels cotxes, dels camions que s’enduen, carretera avall, garroves, ametlles, ben olents troncs de pi».

Esta cita es de «L’any en estampes». Vicente Valero la tradujo así:

«Para estos payeses ligados a la tierra, ¿existe la historia, el pasado? ¿O sólo cuenta, con el presente, un corto recuerdo? Con los viejos que van muriendo se desvanece la memoria del pasado más remoto que puede tener importancia para los que quedan. Sin embargo, desde los años de la infancia de los ahora más viejos hasta hoy, no han sido pocos los cambios en la vida del pueblo, como en todo el mundo. Aquel anciano -oímos decir a alguien- todavía se acuerda de cuando no había más que un carro en el pueblo. Ahora hay un carro en cada casa, y los viejos burritos y burras, portadores de carga, se han convertido en mulas y caballos. No hablemos de las innumerables bicicletas, de los coches, de los camiones que se llevan, carretera abajo, algarrobas, almendras, bienolientes troncos de pino».

Conviene que usted también responda las preguntas de Villangómez.

Hay otra prioridad: los carriles bici. Sobre el mapa, en el término municipal de Sant Joan hay una red mallada excelente… que ya está ahí. Es el conjunto de «carreranys» de que nos habla Antoni Ferrer Abárzuza. Costaría muy poco rehabilitarlos. Eso es sobre todo señalizar las intersecciones con las carreteras modernas y reducir el riesgo de accidentes.

Peeero nos encontramos de nuevo con el escotoma de la radialidad. El Primer Gran Carril Bici es el que lleva desde Can Clavos hasta Sant Miquel de Balansat, siguiendo el trazado… de la carretera nueva, naturalmente. Y el Segundo Gran Carril Bici, hasta Sant Joan, iba a ser más de lo mismo: dos metros de asfalto rosa para dar un toque «verde» a la «mejora» de una «vía rápida» apta para que circulen por ella los camiones más grandes de la Unión Europea.

Tal vez sería más simple adaptar los autobuses para que los cicloturistas puedan llevarse las bicis desde sus alojamientos más o menos urbanos hasta los puntos de acceso al Parque Jurásico de Labritja. Seguramente hay soluciones, y los ciclistas de aquí pueden ayudar mucho a plasmarlas en la práctica.

El problema del aparcamiento tiene las mismas dimensiones relativas que en el resto de los municipios, pero los núcleos son más pequeños y el número absoluto de vehículos aún no los ha llevado a la saturación. Eso sí, si seguimos haciendo más de lo mismo, es una simple cuestión de tiempo. Basta observar lo que está ocurriendo en Sant Miquel desde la «mejora» de la carretera de Vila.

Otro día, si usted quiere, podemos repetir el ejercicio en Santa Eulària.

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