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Este poema es el primero del libro
Este asomo en la luz sin conjeturas
este baño en el sueño de las islas,
mar de dioses amigos y cercanos,
es la serenidad que como herencia
recibieron los padres de estos pueblos.
¿Será tanta quietud un don divino?
Posee sabiduría aquel que busca
y encuentra la quietud en este mundo.
Lo sabían los dioses, lo aprendieron
algunos pocos hombres, contemplando
la oscura tentación del devenir.
En el aprendizaje de la vida,
regalo de algún dios es la quietud
que baña el Marjardín antiguo y claro.
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