– Jordi no me saluda.

– ¿Y eso?

– Le comenté que era un nazi proetarra que adoctrina a sus hijos y usa a sus abuelos como escudos humanos, que su voto vale una mierda, que su lengua ofende y que se meta el lacito por el culo.

– ¡Otra amistad rota por el puto prusés!

>>>