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La Gran Nación,
al decir del Rey y Rajoy,
tuvo ayer tres momentos estelares
que dejaron suspensos y maravillados
a los vecinos europeos.
Abrió la gloriosa jornada
una inauguración de AVE Valencia-Castellón
a cargo del presidente del gobierno
de contenido profundamente berlanguiano
que el periodista ha sintetizado con buril:
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La inauguración más ridícula: invitan a Barberá, el tren se retrasa y Rajoy lo confunde con un avión.
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Lo de Barberá es el famoso humor negro español;
lo del retraso
(al parecer el AVE era sobrepasado por los cercanías)
pertenece a la recia tradición hispánica.
Es lo de la confusión con el avión
lo que los medios no han entendido,
atribuyéndola al proceloso mundo mental de Rajoy.
Error. La confusión es
un típico acto fallido freudiano.
El hombre estaba pensando
en el aeropuerto «para las personas»
de su amigo Fabra en Castellón.
Subconscientemente deseaba
que tuviera pasajeros.
4.700 nada menos.
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2018/01/
el-catalan-errante-y-berlanga.html
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