<<<
Verá usted, allá por 1977
el personal del
Ferrocarril de Sarrià a Barcelona
quiso hacer una huelga.
La respuesta de las autoridades
fue la normal y previsible:
la militarización del servicio.
No sé si conoce usted esta línea.
Desde una sola terminal a la que se accede por una vía doble
parten trenes hacia Sarrià, Terrassa, Sabadell, Tibidabo…
Ahora la línea se bifurca en Gràcia, en Sarrià y en Sant Cugat.
Gestionar el tráfico es como hacer juegos malabares:
si un solo tren se estropea, todo se retrasa.
En 1977 la respuesta de los militares
fue la normal y previsible:
vieron qué tráfico eran capaces de gestionar
y establecieron unos servicios muy mínimos,
tan mínimos que… no se podían llamar servicios.
<<<
Ahora mismo estamos ante un caso que tiene ciertas similaridades.
Ante la actitud levantisca del personal,
la respuesta del Superior Gobierno es la normal y previsible:
aplicar el artículo 155 de la Constitución Española de 1978.
Veremos lo que da de sí la capacidad de gestión
de las lumbreras que componen el equipo de Mariano Rajoy,
mil veces demostrada con su magnífico manejo
de la crisis permanente que nos aflige.
Probablemente algunos se creen sus propias mentiras y todo,
pero ya ve usted que esto no es soplar y hacer botellas…
Ahora, la línea de Sarrià la lleva la empresa
Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya – FGC.
Sin entrar en valoraciones sobre
si está mejor o peor gestionada que la SNCF o la RENFE,
para mí es indiscutible que la gestión es bastante correcta.
Y las políticas de movilidad son una buena piedra de toque para valorar las demás.
<<<
Tal vez el «proceso» catalán sea el catalizador de unos cambios que ya son imprescindibles.
En las mentes de los que creen en El Estado Natural de las Cosas y en La Sabiduría Convencional
es como si la Constitución de 1978 estuviera escrita en las tablas de Moisés, al dictado de Jehová en persona…
«Es lo que hay», dicen…
Pues no.
Esa constitución es la resultante del conjunto de las fuerzas que actuaban en este país en 1977,
incluyendo, cómo no, a los «poderes fácticos» de entonces,
los mismos que nos obsequiaron con el 23-F.
Pues eso: mientras los juristas de «Maderid» se presenten en «Bar-cel-ona»
con un texto que establece excepciones tan curiosas
a la igualdad entre los ciudadanos como la monarquía hereditaria
y el derecho preferente de los varones a heredar la más alta magistratura del Estado…
Usted mismo.
>>>