<<<

Es frecuente, aunque no obligatorio,

el uso de un apodo en la ‘fandom’.

Por lo que sé, en la Tolkien Society inglesa no es habitual usar nombres de la Tierra Media, aunque lo hace una minoría bastante numerosa. Generalmente son élficos. Por ejemplo, Lester Simons era Rúmil Tengwardil.

Por nuestros lares, tal vez por la relación de muchos aficionados a Tolkien con el mundillo del rol, se ha hecho casi obligatorio escoger un nombre de la Tierra Media. A veces no son, digamos, del bando vencedor. Y tenemos problemas si dos o más personas quieren usar el mismo. La búsqueda de soluciones quema incontables neuronas y hace correr millones de bits de información en todo tipo de soportes… Como es natural, yo tampoco tengo «la» solución. Por eso sugiero que releamos al Profesor, en busca de algo aplicable. Sigue una cita del apéndice E de la historia de Galadriel y Celeborn en «Unfinished Tales»:

«Se dice en un ensayo sobre las costumbres onomásticas entre los Eldar en Valinor que tenían dos ‘nombres dados’ (essi). El primero era dado por el padre al nacimiento; y usualmente se parecía mucho al nombre propio del padre en su sentido o en su forma; de hecho, podía ser el mismo, al que se podía añadir alguna partícula distintiva, cuando el hijo ya era crecido. El segundo nombre era dado más tarde, por la madre; y estos nombres maternos tenían gran significación, porque las madres de los Eldar percibían los caracteres y capacidades de sus hijos, y muchas tenían también el don de la previsión profética. Además, cualquiera de los Eldar podía adquirir un epessë (‘post-nombre’), no siempre dado por su familia, un apodo – dado mayormente como título de admiración o de honor; y un epessë podía llegar a ser el nombre generalmente usado y reconocido en posteriores cantos y en la historia (como fue el caso, por ejemplo, con Ereinion, siempre conocido por su epessë Gil-galad).»

A continuación, nos informa de que Galadriel (Alatáriel) era un epessë: su nombre paterno era Artanis, y el materno, Nerwen… Otro epessë conocido es el de Fëanor, «Espíritu de Fuego». Su primer nombre era Curufinwë.

Veamos qué utilidad tiene todo esto para nuestro caso. La situación de partida era una Sociedad muy pequeña, con «smials» dispersos. Cada uno escogía un nombre y lo usaba pacíficamente, y yattá. Con el crecimiento de la Sociedad, las cosas han ido cambiando. Como no me implicado nunca en el «día a día», me han llegado los ecos de la refriega cuando el resto de mis ocupaciones me han permitido reintegrarme a la «fandom». En mi opinión, la raíz del problema está en que los socios se «auto-asignen» un nombre. Eso no solía ocurrir en la Tierra Media; ni en nuestro mundo, para el caso. Los nombres nos los imponen nuestros familiares al nacer. De mayores nos suelen poner «motes» que nos retratan muchísimo mejor de lo que podríamos hacer nosotros mismos…

Después de unas cuantas lecturas del libro y tras darle muchas vueltas, decidí qué personaje me gusta más. Fue muy difícil, porque los candidatos eran muy numerosos, y sus méritos, inmensos. El mío es Samwise Gamgee. Pero eso no implica que yo tenga que llamarme como él. También admiro mucho a Gandhi, cosa que no me convierte automáticamente en un Mahatma. Por eso me vino tan bien que Charles Noad me ofreciese un nombre… Era el que me hacía falta a mí.

Por eso propongo que los nuevos socios reciban un nombre «provisional», que les dure unos años. Al cabo de cierto tiempo, el resto del smial se habrá formado una idea de quién es de verdad el/la interfecto/a. Porque yo creo que los mejores nombres son los dados -con amistad- por terceros. Quizá sean más, ejem, acertados… En cualquier caso, nos dicen algo sobre cómo aparecemos ante los demás. Si le interesa saber de dónde salió el mío…

<<<

Mi epessë…

Volver al índice de Halifirien Dos…

>>>