El día 8 de agosto de 2013
el Presidente de la Renfe,
Julio Gómez-Pomar Rodríguez,
compareció ante
la Comisión de Fomento del Congreso.
Según el diario de sesiones,
dijo literalmente lo que sigue:
«Como cualquier otro vehículo ferroviario de Renfe que presta servicio comercial, estos trenes están debidamente homologados para su cometido y prestaciones.
La orden FOM/233/2006 regula las condiciones de homologación del material rodante ferroviario, lo cual se realiza sobre las normas técnicas en vigor publicadas por el Ministerio de Fomento para cada tipo de material rodante.
El proceso de homologación comprende diferentes fases del ciclo de la vida del tren: fase de análisis de diseño, fase de fabricación, fase de pruebas y ensayo tipo -válidas para toda la serie de vehículos- y fase de pruebas y ensayos serie para cada uno de los trenes que componen la serie.
El proceso concluye con la presentación a la Dirección General de Ferrocarriles del expediente de homologación con la documentación acreditativa del cumplimiento de las especificaciones técnicas de homologación, documentación certificada por un organismo certificador independiente.
Si el expediente es de conformidad la dirección general expide la autorización de puesta en servicio del primer tren de la serie.
Obtenida esta autorización, se solicita de ADIF la autorización de circulación correspondiente a cada línea por la que se desea que el tren circule.
Este proceso se efectúa para cada tren de la serie y es un requisito previo a la explotación comercial.
El expediente de homologación de la serie 730 se inicia a principios del año 2009 y los primeros vehículos, entre ellos el siniestrado, disponen de la autorización de puesta en servicio el 11 junio de 2012 y su autorización de circulación el 13 junio de 2012, pasando entonces a prestar servicios comerciales.
Desde esta fecha el tren 730.012 recorrió 202.747 kilómetros hasta que inició su ruta en la estación de Madrid Chamartín el pasado 24 de julio.
Antes de esta fecha había recorrido como vehículo de la serie 130, 715.504 kilómetros.
La rama 130.012, antecesora de la 730.012, había recibido su autorización de circulación el 27 junio de 2008.
El total de kilómetros recorridos por el tren siniestrado en los últimos cinco años son, pues, 918.251, lo que hace una media de 183.650 kilómetros anuales.
Desde la puesta en servicio comercial de la serie 730 en junio de 2012 sus trenes han recorrido en más de mil ocasiones el tramo Ourense-Santiago, en concreto 1.086 veces.
En total más de 7.000 trenes han circulado por este tramo».
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Ya ve usted cuánto lenguaje técnico hace falta para presentar un razonamiento pueril.
Cada vez que pasa un tren por esa curva se produce un acontecimiento, pero uno de los principios elementales de la estadística es que los acontecimientos son independientes unos de otros. Por eso la gente sigue jugando a la lotería todas las semanas. Que hayan circulado sin incidencias mil, diez mil o cien mil trenes es del todo irrelevante. Lo que demuestra este argumento es que la probabilidad del siniestro era tan alta que se ha producido cuando sólo habían pasado 1.086 trenes. Dígame usted qué compañía de seguros asumiría este riesgo multimillonario si conociera la cifra insignificante que nos da el Sr. Gómez-Pomar antes de aceptar la proposición.
La conclusión ineluctable es que la catástrofe que nos ocupa era una certeza estadística… una pura cuestión de tiempo.
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