(( Ilustración de Pep Tur – pendiente ))
Ultima Hora, FDS, 24 de octubre de 2003
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Se han confirmado los augurios. El conocido actor Arnold Schwarzenegger ha ganado la contienda electoral a los otros ciento treinta candidatos y se ha hecho con el cargo de gobernador de California. Esto no es un simple «eco de sociedad». Si fuera un Estado independiente, su economía sería una de las mayores del planeta. Es la sede de varios grandes productores de materiales informáticos. Y de la principal industria cinematográfica de la civilización judeocristiana, cosa que magnifica lo indecible su imagen en las mentes del resto de los seres humanos… como la lupa gigantesca que es. Por cierto, Disneylandia está en California, y ha dado nombre a una de las famosas «recetas» de movilidad de Juan Manuel Grijalvo.
Con estas condiciones, lo suyo sería que las cosas fueran viento en popa y que el señor Schwarzenegger se encontrase una papeleta fácil. Un gratificante empleo como relaciones públicas, vaya. Pues resulta que el Estado de California arrastra un «déficit contable» que si fuera una empresa privada lo habría llevado ante un tribunal de quiebras. Ello se debe, entre otras razones, a que allí todo el mundo va en coche a todas partes. Tienen una red de carreteras y autopistas tan tupida que resulta estúpida. El Estado se empobrece y se endeuda más y más, pagando su mantenimiento y su crecimiento. Como eso no hay presupuesto que lo resista, están al borde de la ruina.
Tal vez el señor Schwarzenegger traiga alguna solución para eso desde su Europa natal. Podría empezar por una línea de Aerobus -de tecnología suiza- en North Los Gatos, cuyo nombre es una buena síntesis del mestizaje. De momento, lo único que ha hecho es ganar unas elecciones, cosa que sólo demuestra que puede ganar unas elecciones. Lo único que se puede hacer para enderezar las cosas es cambiar de modelo de movilidad. En el futuro, tendremos que seguir su gestión lo mejor que podamos y sepamos. Lo que haga el señor Schwarzenegger tendrá una repercusión pública de primer orden.
Demos un saltito por el espacio-tiempo, al estilo de «Terminator»… Eivissa no es California, aunque parece ser lo que creen algunos. Allí traen el agua a Los Angeles con un acueducto de 370 kilómetros. Aquí, a falta de tales cosas, habremos de regar los futuros campos de golf con agua depurada. Allí, desde la catástrofe del «Exxon Valdez», todos los combustibles llegan de Irak y demás provincias imperiales en petroleros nuevecitos. Aquí los traen en el «Castor», en el «Erika» y en el «Prestige». Por esta regla de tres, la autopista de Sant Antoni tampoco será la Southern California Freeway. Será algo más parecido a una vía romana de las de antes, con «primera piedra» y todo. La de Sant Josep, con un poco de suerte, tendrá dos. Ya puestos, por qué no tres, o cuatro…
Otro día, si usted quiere, podemos seguir hablando de actores de cine. Por ejemplo, de Danny DeVito, que ha sido compañero de reparto del señor Schwarzenegger en alguna película. Si yo fuera él, lo «ficharía» para asesor, aunque quizá no vote a los republicanos. El tiempo lo dirá.
Aquí y en California, la raíz del mal es el culto al becerro de oro.
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