<<<
Marcos Ana
no se llamaba Marcos Ana,
sino Fernando Macarro Castillo.
A mediados de los años 50,
cuando llevaba diez o quince de prisión
en condiciones terribles,
creó este seudónimo
con los nombres de su padre y su madre.
Y el seudónimo
se convirtió en su nombre.
Un tributo
a la memoria de sus padres,
sin duda profundo.
<<<
http://cotarelo.blogspot.com.es/
2016/11/
la-consolacion-por-la-poesia.html
>>>