«Mula» del Canal de Panamá
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El Canal acuático – de 80 kilómetros (50 millas) de largo-
que uniera los océanos Atlántico y Pacífico
entrañó problemas de ingeniería de máxima envergadura.
Fuerza e ingenio humanos lidiaron con la excavación del cauce a través de la división continental,
la construcción de la represa de tierra más grande entonces vista,
el diseño y construcción de gigantescas esclusas y compuertas jamás concebidas,
y la solución de serios problemas ambientales.
Más de 75 mil personas, entre ellas un sinnúmero de obreros de todas las nacionalidades,
intervinieron en las dramáticas jornadas canaleras
que contribuyeron a la culminación en 1914 de la obra de ingeniería más portentosa que vieron los siglos.
El Canal utiliza un sistema de tres esclusas – compartimientos con puertas de entrada y salida.
Las esclusas nombradas Gatún, Miraflores y Pedro Miguel, funcionan como elevadores de agua:
suben las naves desde el nivel del mar (ya sea Pacífico o Atlántico)
hacia el nivel del Lago Gatún (26 metros sobre el nivel del mar), el cual abastece de agua a las esclusas.
Así, los buques navegan a través del cauce del Canal, en la Cordillera Central de Panamá.
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Tránsito de una nave
Sin mayores diferencias, el aparente fácil proceso de transitar en el Canal es muy parecido para todas las naves,
desde un velero hasta una enorme nave Panamax, término usado para los barcos más grandes,
que caben en las cámaras de las esclusas de 33.5 metros de ancho por 305 metros de largo.
Las esclusas sólo dan acceso a las naves por medio de sus gigantescas compuertas, que alcanzan los 25 metros de alto.
Si bien cada hoja pesa hasta 790 toneladas, su diseño permite que floten parcialmente
y se abran o cierren con un motor de 40 caballos de fuerza.
Un operador de las casetas de control cierra las compuertas de las esclusas y luego abre las válvulas que controlan el flujo de agua.
Los indicadores muestran la posición de las compuertas y válvulas y el nivel del agua en cada cámara de las esclusas.
Toma ocho minutos llenar la cámara para elevar un barco,
que las locomotoras de remolque mantienen en el centro durante su tránsito por ella.
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Remolcadores y locomotoras
Los remolcadores son equipos flotantes -de acero- que asisten las naves en las entradas y salidas de las esclusas
y durante su travesía por el Corte Culebra,
la parte más angosta del Canal donde se requiere de gran maniobrabilidad y potencia.
De las 24 unidades, los cuatro remolcadores adquiridos en el año 2002 cuentan con máquinas de 4,400 caballos de potencia.
En esencia, los remolcadores se ubican en la popa y a lo largo de la proa a estribor, y ayudan a conducir la nave hacia las esclusas.
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http://www.k-sea.com/images/PanamaTrain.jpg
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Otras aliadas permanentes de las embarcaciones son las locomotoras o “mulas” – de fabricación japonesa-
que guían el paso de un barco dentro de las esclusas, a fin de evitar accidentes contra las paredes de las compuertas.
Cuando las compuertas se cierran y empieza a vaciarse el agua de la cámara, uno de los prácticos (pilotos de naves especializados)
mira hacia babor, en donde la nave está a poco más de un pie de la pared de concreto de las esclusas.
Por radio, el práctico dirige a los operadores de las locomotoras para que ajusten la tensión de sus cables
y mantengan en la posición correcta al barco, mientras baja el nivel del agua.
Son ya 100 las locomotoras, de las cuales 34 operan con dos unidades de tracción de 290 caballos de fuerza cada una.
A pesar de que cada locomotora pesa 50 toneladas, son livianas y veloces.
Se desplazan sobre rieles de remolque ubicados a todo lo largo de los muros de las esclusas.
Tienen una capacidad de remolque de 311.8 kilonewtons a 4.8 kilómetros por hora.
Y su velocidad máxima de retorno es de 16 kilómetros por hora.
Buques de alto calado requieren hasta de ocho locomotoras que faciliten su tránsito seguro y expedito por las esclusas del Canal.
Tales locomotoras son maniobradas por prácticos adiestrados con un navegador computarizado del Canal,
que simula probables situaciones que pudiera enfrentar el práctico al guiar una nave en el interior de las esclusas.
Remolcadores y locomotoras garantizan las diarias operaciones exitosas del Canal de Panamá,
cuya vía utilizan entre 13 mil y 14 mil barcos al año.
De hecho, las actividades de transporte comercial a través del Canal representan alrededor del 5% del comercio mundial.
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