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Por supuesto,
las normas básicas de higiene mental exigen
no ir a tales lugares con los compañeros de trabajo,

so pena de encontrarse a las tres de la madrugada
contemplando filosóficamente el fondo del vaso de whisky
y sopesando la idea de comprar una botella entera
mientras se soporta un encendido debate profesional.

Y es que por higiene mental es conveniente a veces
dejar durmiendo en casa el tricornio
mientras uno se dedica a hurgar en el mundo que le rodea.

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