8 de diciembre de 2006

Comentario a un artículo de Juan Manuel Grijalvo titulado «Modelo de movilidad»

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Como un ejemplo más o menos paralelo al que has dicho te puedo poner a Venecia, donde acabo de estar pasando unos días la semana pasada. Tengo el ‘compromiso’ de ir cada año a pasar unos días allí y por el momento lo vamos cumpliendo.

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Los habitantes de esa ciudad, que no deja de ser 116 islas, no tienen problema alguno de comunicación, ya que tienen un activísimo sistema público de transportes, día y noche. Evidentemente, en las horas de más afluencia los vaporettos y los traghettos (góndolas de gran capacidad que unen los lados del Gran Canal en los puntos apartados de los tres puentes que lo cruzan) funcionan con más intensidad, pero por la noche, a cualquier hora hay un barco a cualquier lado cada treinta minutos como mínimo.

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De otro modo, Venecia sería intransitable. Esto es, si cada uno de sus sesenta y pico mil habitantes (o pongamos, miles de familias) tuviese su ‘barquita’ y las casas de alquiler hiciesen lo propio con los turistas, alquilando motoras o barcas por horas o días – léase ‘cochecito’ si aplicamos esto a Ibiza – esta idílica ciudad sería una auténtica mierda, o cuanto menos un caos de canales colapsados y ultracontaminados.

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Como lo tengo muy fresco, creo que ejemplificarlo así sería muy aplicable para la isla. Con un medio de transporte público, bueno y asequible (pongamos bonos, tarjetas multiviaje o similares) rompería moldes y sería mucho más sostenible.

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¿No te has planteado también, como se hace en algunas islas griegas sin tráfico rodado, que la unión entre las diferentes playas y calas se haga por vía marítima?

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Respuesta de Juan Manuel Grijalvo

Sí que me lo he planteado. En este país hay una «autopista» larguísima, con «salidas» en todos los puertos. Hay muchísimos, grandes, pequeños, pequeñitos… Se llama «mar» u «océano», y está muy infrautilizada porque la cantidad de papeles que hay que rellenar para embarcar un bulto en una nave mercante suele pesar más que el propio bulto.

¿Has leído «Astérix y los Juegos Olímpicos»? Una propuesta de pensamiento lateral es sustituir los autobuses por «barcas dragón» de remo, tripuladas – y propulsadas – por los propios turistas. La cosa es «vender» la idea como una actividad lúdica y deportiva, montar regatas de un sitio a otro… ¿Qué se te ocurre?

Como es natural, debes saber mucho sobre la marina veneciana. Has leído mis artículos sobre navegación a remo, supongo… La galera de Ben-Hur, Espolón y Catapulta, hasta ahora. Venecia es una de mis asignaturas pendientes, y sin duda una de las más importantes.

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Città di Venezia…

Movilidad – Eivissa – Ibiza…

Todos vamos en el mismo barco…

Transporte marítimo…