>>> Primera parte

Tradicionalmente se ha considerado la electrificación de la sección de vía ancha comprendida entre Gergal y Santa Fe, en la provincia de Almería, como la primera aplicación de la tracción eléctrica en los ferrocarriles españoles. Sin embargo, en la fecha en que entró en servicio esta electrificación, España contaba con cinco ferrocarriles de ancho inferior al normal español electrificados, cuya longitud de vías sumaba 106 kilómetros.

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>>> Segunda parte

Tras las electrificaciones realizadas en los primeros años del siglo XX, la tracción eléctrica alcanzó un rápido desarrollo en los ferrocarriles de vía estrecha entre los años 1912 y 1938, al ponerse en tensión 681 kilómetros de vías, cifra que contrasta notablemente con los poco más de 400 kilómetros de líneas de vía ancha en los que se aplicó el nuevo sistema de tracción en el mismo periodo.

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>>> Tercera parte

Durante el franquismo, las líneas de vía ancha tomaron el relevo en el desarrollo de la tracción eléctrica, con la puesta en tensión de más de 3.000 kilómetros de vías, cifra que contrasta notablemente con los escasos 187 kilómetros de líneas electrificadas en ancho inferior al normal. En este periodo no se afrontaron grandes proyectos, sino que las nuevas electrificaciones se limitaron a complementar las existentes, poniendo en tensión diversas prolongaciones y ramales de líneas que ya disponían este sistema de tracción. Por otra parte, a partir de 1956 se inició un proceso de regresión, con la clausura de numerosas líneas, lo que supuso la supresión de 442 kilómetros de vías electrificadas.

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>>> Cuarta parte

Durante la segunda quincena de los años setenta la mayor parte de los ferrocarriles de vía estrecha quedaron concentrados en manos de un solo explotador, la empresa estatal FEVE. Si bien el periodo de explotación unificada por esta empresa fue relativamente breve, ya que en 1978 comenzó el proceso de transferencias de líneas a diversas comunidades autónomas, la empresa estatal emprendió la modernización de las electrificaciones existentes, así como la unificación de algunos criterios entre los que destaca la tensión de alimentación, que en este periodo quedó establecida en todas las líneas electrificadas a 1.500 V cc.

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>>> Quinta parte

Los ferrocarriles de vía estrecha electrificados, debido a la independencia de criterios entre las empresas concesionarias, han conocido una gran variedad de vehículos, preferentemente de tipo automotor, ya que la mayor parte de las líneas con este tipo de tracción estaban especializadas en el transporte de viajeros, mientras que el reducido tráfico de mercancías era generalmente atendido mediante furgones automotores especializados. Únicamente los Ferrocarriles de Bilbao a San Sebastián, Peñarroya a Puertollano y los Ferrocarriles Catalanes adquirieron locomotoras de línea capaces de remolcar pesados trenes de carga, ya que las restantes máquinas en servicio en otras empresas (Valencia, Carreño, Linares, SEFT) pueden catalogarse como simples tractores de maniobras.

Leer la quinta y última

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