19 de febrero de 2009 : séptima jornada del ejercicio práctico de movilidad.

 Este jueves comienza con un viaje en taxi. La idea es acompañar al aeropuerto a mi hija Irene, que se vuelve a Barcelona. Vamos desde el hotel Abando hasta la terminal de Loiu. El edificio es de Santiago Calatrava Valls. A estas alturas, ya sabrá usted que soy uno de tantos devotos admiradores de sus obras. Algún día haré un estudio más detenido de ésta. Lo comenzaré con un paseo virtual por Google Maps.

Aeropuerto de Loiu  –  Foto de  Juan Diez del Corral

El siguiente punto es volver a Bilbao. Las paradas del transporte público no están bien integradas en la terminal. Esta observación me hace recordar lo que nos ha dicho Juan Diez del Corral sobre este aeropuerto… Está en

BILBAO, aeropuerto, Santiago Calatrava –  http://cascotesychascarrillos.blogspot.com/2009/03/107-bilbao-aeropuerto-santiago.html

Tal vez eso de las paradas se resuelva si se hace una línea de transporte guiado, y tal vez no. En muchos aeropuertos están poniendo un Aerobus, que no es el medio de transporte guiado, elevado, eléctrico y automático que resolverá la demanda de movilidad en y entre Eivissa y Formentera. Es sólo el autobús que va de una ciudad a su aeropuerto. Aquí veo una línea de autocares de Transportes Pesa, que en su día fue una participada de la Compañía de los Ferrocarriles Vascongados. Hace los cien kilómetros de autopista a Donostia en una hora y cuarto. Resulta ser menos de que se tarda en ir, por ejemplo, desde Barajas a Robledo de Chavela. Será cuestión de mirar qué aeropuertos son realmente útiles. Como es natural, eso depende mucho de sus comunicaciones terrestres.

Cojo un autobús de la línea A3247, que me llevará a Termibus en quince minutos. Sale hacia Bilbao, pasa por el túnel de Archanda, cruza la ría por el puente de La Salve y llega a la zona por donde antaño discurría la línea del ferrocarril Bilbao – Portugalete – Santurce (B.P.S.). La están arreglando, como el resto de la margen izquierda. Aquí viene a cuento otra cita de Juan Diez del Corral :

«Lo curioso del caso es que a poco que estudiemos la geografía y la historia del levante español, o sea, la del «seny», observamos que las ciudades siempre han dado la espalda al mar cuando no se han alejado prudencialmente de éste (afortunadas ellas que sobrevivirán al anunciado deshielo de la Antártida). Y es que la ciudad, la verdadera ciudad, poco o nada tiene que ver con el mar. El mar, como el campo, es precisamente la no-ciudad. Así que la construcción de la línea de ferrocarril entre la ciudad y el mar, o entre la ciudad y el río marinero, como ocurrió en Sevilla, no fueron hechos casuales ni errores históricos, pues conscientes de que hacia el mar o hacia el río nunca podría crecer la ciudad, la barrera que es la vía férrea debería colocarse precisamente allí. La obsesión de abrir Barcelona al mar o Sevilla al Guadalquivir es el síntoma más claro de la agonía de la ciudad. O dicho de un modo algo más poético y también patético: la ciudad ya no busca terrenos para su crecimiento, sino un vacío donde mirarse o un hueco donde morir».

El artículo completo es  «Del seny al disseny »  –  http://unavozenunlugar.blogspot.com/2007/02/del-seny-al-disseny.html

El trayecto sigue por la Alameda de Recalde y pasa frente a la clínica del Dr. Abando. Para mí, este punto geométrico tiene un significado muy especial, porque es el lugar de mi nacimiento.

Veo una plaza dedicada al ingeniero Leonardo Torres Quevedo. Una de mis tantas tareas pendientes es promover el reconocimiento público de su obra y la recuperación de sus ideas sobre transporte elevado.

La Wiki de Torres Quevedo  –  http://www.torresquevedo.org/

Veo también una línea de tranvía que procuraré investigar en futuros ejercicios prácticos.

Me encuentro con mi primo Vicente en Termibus. El tiempo es muy agradable. Aún así, el lugar es bastante inhóspito, Como de costumbre, se pretexta que esto es provisional, hasta que se haga la estación intermodal de Abando – Indalecio Prieto… En el mejor de los casos, eso no va a ser fácil. A las complicaciones propias de la nueva red dual de ferrocarril interurbano – con dos anchos, el ibérico y el «estándar» de la «Y vasca» – hemos de añadir varias líneas de vía métrica: la de Vascongados a Donostia, la de Santander, el F.C. de La Robla, el Metro y el tranvía. Y los autobuses urbanos e interurbanos, los taxis y los coches, particulares y de alquiler. El todo debe ser fácilmente transitable a pie y en bicicleta. Y si queremos hacer bien las cosas, procede tomar las oportunas provisiones para mover maletas con y sin «trolley», cochecitos de bebé, sillas de ruedas, etcétera. Todo junto es una tarea para Hércules… como dirían los ingleses, «a daunting task». Afortunadamente, los ingenieros de Bilbao son los mejores del mundo y – si disponen de unos presupuestos adecuados… – no me cabe duda de que resolverán la papeleta, como las han resuelto todas desde la fundación de esta Muy Noble y Muy Leal Villa.

Montamos en el autobús de Alsa, camino de Santander. Hacemos la primera parada en Baracaldo. Seguimos por la autovía del Cantábrico. Pasamos cerca de la refinería de Petronor, una instalación tremenda que es uno de los impactos más visibles del estúpido modelo de movilidad al uso. Cruzamos un viaducto que… también.

Jesús Gómez de Barreda Lavín, Ignacio Miguel Español Echániz y David Llamas Alonso  –  La autovía del Cantábrico y el paisaje:  integración y diálogo

http://www.ciccp.es/revistaIT/textos/pdf/03. J. Gómez de Barreda.pdf

Hacemos una breve parada en Laredo y llegamos al aeropuerto de Parayas. Está a cinco kilómetros escasos de la ciudad. Hay una línea de autobús que lo comunica con las estaciones en quince minutos. Tendré que investigar las frecuencias y las conexiones.

Tras un cómodo viaje de una hora y pico, llegamos a la estación de autobuses de Santander. Resulta ser subterránea… pero lo bastante abierta a los elementos como para que haga bastante frío. Compro un plano de la ciudad, que me será útil para redactar el presente ejercicio. Hemos quedado con Luis Jar Torre a una hora calculada prudencialmente para acomodar posibles incidencias. Estamos a poca distancia del lugar de encuentro convenido. Se presenta puntualmente y nos guía por el frente marítimo de Santander. Resulta que estamos en el escenario de la explosión del «Cabo Machichaco», el 3 de noviembre de 1893. Algún día, Luis escribirá una crónica de este suceso. Ya sabe usted que no hago profecías; sólo unos pocos pronósticos. Pues bien, hoy dejo escrito que el artículo será excelente y que será candidato a los premios anuales de la Revista General de Marina. Considerando que Luis es del pueblo, que dispondrá de todas las fuentes locales, que la catástrofe interesará a todos los lectores sin excepción, que no sé de nadie mejor cualificado para hacer este trabajo y que ya tiene (( cuatro? cinco? )) de tales galardones en su haber, convendrá usted en que la probabilidad de que lo gane en buena lid es elevada. Al resto de los aspirantes les quedará la satisfacción de aplaudir el justo fallo del jurado.

[ Nota : ha escrito efectivamente el artículo. Es «Un Desastre a la Española», Revista General de Marina, Noviembre de 2009, pero no opta al premio por razones técnicas: un autor no puede ganarlo dos años seguidos, y ya se lo han dado en 2008. ]

Luis Jar Torre  –  Un Desastre a la Española  –  http://www.grijalvo.com/Jar/Cabo_Machichaco.htm

Volviendo al aquí y al ahora, Luis nos lleva a ver la fachada marítima de la ciudad. Me interesan especialmente el Palacete del Embarcadero, la sede histórica del Banco de Santander, la Grúa de Piedra y un trabajo escultórico que deconstruye un rostro… Es la efigie del poeta José Hierro, y la autora de la estatua es Gema Soldevilla.

Palacio de Festivales  –  Foto de  Juan Diez del Corral

Llegamos al Palacio de Festivales y me viene a la memoria que Juan Diez del Corral también ha escrito algo sobre este edificio. Por decirlo en términos del más exquisito eufemismo, no le gusta…

Un silo muy cursi en Santander  –  http://unavozenunlugar.blogspot.com/2007/03/un-silo-muy-cursi-en-santander.html

Seguimos viendo fugazmente cosas, edificios y lugares: la draga «Loreto», la Escuela Técnica Superior de Náutica, el Planetario…

Volvemos hacia el centro entre calles y pasamos ante otro símbolo del poder financiero de la ciudad: la sede de la Caja de Ahorros de Santander y Cantabria.

Seguimos hasta su casa en su automóvil y por fin cumplo uno de mis anhelos: ver su biblioteca. La familia nos agasaja con un excelente almuerzo. Después de la sobremesa vamos a ver el ordenador. Me sorprende con algo del todo inesperado: su pasatiempo informático favorito no es un programa náutico.

Por la tarde cogemos otra vez el coche y vamos hacia El Sardinero por la autovía S-20. Pasamos junto a un… algo… que parece sacado de «Encuentros en la Tercera Fase», y resulta ser el Palacio de Deportes.

Palacio de Deportes de Santander  –  http://es.wikipedia.org/wiki/Palacio_de_Deportes_de_Santander

Llegamos al faro del Cabo Mayor, aparcamos el automóvil y nos dirigimos al mirador. Con buen tiempo, la vista es impresionante. Si hace malo, debe ser… esa palabra que está pensando usted, que rima con la anterior. Las galernas del Cantábrico son mucho más bonitas vistas desde tierra.

Recalamos en el bar del Hotel Chiqui, y hablamos de nuestros proyectos… En lo que a mí respecta, tengo más ideas que tiempo, dinero, energía… pero eso ha sido así desde que abrí los ojos y empecé a explorar el mundo a gatas. Con los años he aprendido a manejar un poco mejor las frustraciones. La herramienta básica es bien simple: consiste en ir realizando ya mis objetivos vitales. Hoy, sin ir más lejos, he alcanzado uno: encontrarme con Luis Jar Torre. Lo tenía pendiente desde mediados de 1998… desde que leí por primera vez «Los Tres Titanes Gafados», el artículo que me quitó las ganas de escribir algo sobre el naufragio del «Titanic».

Luis Jar Torre  –  Los Tres Titanes Gafados  –  http://www.grijalvo.com/Batracius/Batracius_Titanic.htm

Volvemos a la estación de autobuses de Santander. Está junto a las de RENFE y FEVE. Me pregunto qué pasará cuando llegue aquí el ancho ferroviario «estándar» de la nueva red de «Alta Velocidad Española». También pienso en el ferrocarril Santander-Mediterráneo, una línea que pudo ser muy importante, como la de Baeza a los Pirineos. En su momento, el túnel de La Engaña fue el más largo del país: mide casi siete kilómetros.

Santander – Mediterráneo  –  http://www.santander-mediterraneo.net/

Como bien dice este letrero, «Los ingenieros hicieron este ferrocarril, los políticos lo destruyeron, y el sentido común sigue pidiendo su terminación». Tal vez su autor llegue a leer esto. Me interesa comunicarme con él.

Por otra parte, aquí le dejo enlaces a dos trabajos sobre el enlace ferroviario entre Santander y la maravillosa red de alta velocidad:

José Manuel García Díaz de Villegas  –  ¿AVE a Madrid o a Bilbao?  –

http://www.grijalvo.com/Jose_Manuel_Garcia_Diaz_de_Villegas/Santander_AVE_a_Madrid_o_a_Bilbao.htm

José Ángel Porres Benito –  La alternativa Valladolid-Santander a través de Palencia y Burgos  –

http://www.grijalvo.com/Porres_Benito__Jose_Angel/Ave_Valladolid_Santander.htm

Alsa nos devuelve a Termibus en un viaje sin incidencias, con una sola parada en Laredo. Vamos a tomar algo en uno de los acreditados bares de «pintxos» de la calle Licenciado Poza y nos separamos hasta el día siguiente. Llego andando hasta el hotel.

Así concluye la séptima jornada del presente ejercicio práctico de movilidad.

Ha sido un día memorable.

P.S. En el proceso de redacción he descubierto docenas de cosas que no vi sobre el terreno. Y en el de documentación he encontrado varios textos que tal vez me lleven a ponerme en contacto con sus autores. Espero ir con más tiempo la próxima vez

Ejercicio práctico de movilidad – Febrero de 2009…

Ejercicios prácticos de movilidad…

Los artículos de Luis Jar Torre…

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