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Ultima Hora, 13 de agosto de 2001
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Habíamos quedado en que hace falta
un sistema nuevo de transporte público
en y entre Eivissa y Formentera.
Para eso hemos de fundar
una sociedad anónima.
No hay otra forma de reunir
los recursos necesarios
para construir las líneas.
Y de gestionarlas cuando funcionen.
Nuestra sociedad ha de obtener una concesión administrativa. Y una declaración de utilidad pública para tramitar expropiaciones de terrenos. Para eso hará falta que todas las administraciones competentes resuelvan las respectivas solicitudes. Eso implica que en todas ellas haya funcionarios que conozcan a fondo toda la normativa aplicable. Han de sopesar escrupulosamente si hemos presentado toda la documentación necesaria. Han de redactar todos los informes técnicos precisos. Una vez estén completos todos los expedientes, su resolución podrá figurar en el orden del día de la primera reunión del pleno del órgano de gobierno de cada corporación. Si todas son favorables, nuestra sociedad podrá iniciar la construcción del sistema. Basta que una sola sea negativa para detener todo el proceso. Si interponemos recursos, los trámites pueden durar mucho tiempo…
Para captar capitales privados, resulta muy útil tener un proyecto de actividades a cumplir en unos plazos fijos. Ya ve usted que en este marco administrativo no se puede contestar la pregunta del millón, a saber, cuándo empezamos a pagar dividendos… Una sociedad anónima, por sí sola, podría resolver los problemas técnicos y poner en marcha el sistema. En cuanto a los problemas políticos…
Las administraciones funcionan de modo un tanto burocrático. La excepción confirma la regla. Algunos organismos simplifican los trámites a los ciudadanos. Usan las redes de las entidades financieras, la informática y las nuevas tecnologías. Esto lo hace, por ejemplo, la Agencia Estatal de Administración Tributaria. Cuando el Gobierno la creó, hubo quien dijo que sería un cuerpo extraño. Una idea anglosajona, vaya. Algo que no iba a funcionar aquí. Pero los resultados están a la vista. Es posible cambiar algunas cosas. Esto se hace creando un órgano para un objetivo concreto y haciendo cuentas periódicas de los resultados que obtenga. Ha de tener unas competencias claras, exclusivas y excluyentes. Y un presupuesto propio y bien calculado.
No sé si el Consell podría crear una Agencia para los transportes. Simplificaría los trámites para poner en marcha cualquier iniciativa, privada o pública. Pero han de cambiar muchas cosas antes de que sea posible. La solución de los problemas de movilidad en Eivissa y Formentera – y de todos los demás – tropieza con la idea de que los asuntos locales acaban donde alcanza la vista desde la torre de cada parroquia. Esto fue muy útil hace unos siglos, cuando cada cual tenía que bandearse por su cuenta. Ante una «razzia» de corsarios, era más práctico tener armas y municiones en casa que esperar la llegada del Séptimo de Caballería desde el castillo de Eivissa. Pero los problemas de ahora son supramunicipales sin excepción. El reparto de competencias no evita los conflictos. Más bien los garantiza. Por eso resulta imprescindible que las administraciones se vayan integrando. Para que sociedades como la nuestra no tengan que tramitar seis expedientes antes de poner la primera piedra de la primera estación.
Y queda otro problema, que no es baladí. Al frente de esa Agencia habría que poner a una persona física concreta. Alguien con sólida formación técnica, experiencia como directivo, grandes conocimientos sobre los transportes en Eivissa y acreditada imparcialidad. El éxito dependería en buena medida del acierto en esta elección.
Pero no adelantemos acontecimientos. Por ahora, la doctrina del Consell es montar un consorcio para los transportes. Me pregunto si tendrá unas competencias claras, exclusivas y excluyentes. Y un presupuesto propio. Y un director eficaz. A la vista de las dificultades para formarlo, creo que no vamos por buen camino… En el mejor de los casos, puede ser un comité más. Y ya sabe usted que la función que desempeñan más eficazmente dichos órganos es la decorativa. En el peor, puede convertirse en otra instancia competente para emitir otro informe vinculante sobre otra solicitud que ha de presentar nuestra sociedad para iniciar sus actividades como empresa de transportes, etcétera…
Por supuesto, estaré encantado si el consorcio resuelve los problemas de movilidad en Eivissa. Reconoceré mis errores sin pestañear. Me convertiré en el más ferviente propagandista de sus excelencias. Mientras llega ese día feliz, ¿cuántos euros piensa invertir usted en acciones de nuestra sociedad anónima? Espero su respuesta…
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