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Ultima Hora, 2 de enero de 2004
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Dedicado a Martha Mier
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Ya sabe usted que las películas de la «factoría» Disney se hacen para un mercado muy amplio y muy diverso. Por lo general, los guiones proceden de fábulas antiquísimas, más o menos puestas al día. Se basan en símbolos y arquetipos intemporales. Los rasgos distintivos de sus protagonistas están pensados para captar una identificación rápida y masiva de los espectadores. Hoy, si usted quiere, podemos hablar un poco de «Lilo y Stich», una de las películas recientes de la empresa.
La acción empieza con el juicio de un «científico loco» ante el tribunal de la Federación Galáctica. Se le acusa de haber creado mediante ingeniería genética un monstruo muy peligroso. Es la historia del doctor Frankenstein, que a su vez tiene precedentes en el mito de la rebelión de la criatura contra su creador. Cuando lo presentan en la sala, el «experimento 6-2-6» resulta ser un bípedo pequeñito, con dos pares de brazos, cuatro manos provistas de cuatro garras cada una, y una cabeza dotada de dos inmensas orejas, dos grandes ojos, un morrito negro y una boca enorme, completamente llena de dientes. Además, posee un suministro ilimitado de mala leche. Como es natural, tiene un «aire de familia» con el resto de los animales humanizados de la factoría Disney, con cuatro dedos en vez de cinco, etcétera. Su aspecto es vagamente antropomorfo, aunque más bien parece un koala. Está programado para dirigirse a las grandes ciudades y destruir las comunicaciones, las estaciones eléctricas y los zapatos izquierdos.
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Durante el traslado del «experimento» al asteroide que le servirá de prisión, se fuga a través del hiperespacio, al mejor estilo de Han Solo, y aterriza en una de las islas Hawaii. Nada más llegar tiene un accidente de tráfico: lo atropellan dos camiones. Como ningún ser vivo sobrevive a eso, lo llevan a la «morgue» de la perrera. Pero es prácticamente indestructible. A la mañana siguiente está como una rosa y es adoptado por Lilo, que lo confunde con un perrito y lo llama Stitch.
Lilo es una «niña difícil» que siempre está metida en algún conflicto. Vive con su hermana mayor, en una familia desestructurada que depende económicamente de la asistencia social. Nos enteramos de las razones cuando Stitch encuentra una foto de ellas dos con una pareja de adultos. Lilo le dice lo que sigue:
Imagen capturada directamente del DVD
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«Esos eran mis padres. Cogieron el coche, pero esa tarde llovía. ¿Qué les pasó a los tuyos? Por la noche lloras, ¿sueñas con tus padres? Sé que por eso rompes cosas y me empujas. En mi familia somos dos, y no tenemos muchos juguetes, pero si quieres puedes ser uno más. Puedes ser el bebé, y te enseñaríamos a ser bueno. «Ohana» significa familia, y familia que estaremos juntos siempre. Pero si te quieres ir, puedes hacerlo. Aunque no te olvidaré. Yo me acuerdo de todos los que se van».
A la versión actual del arquetipo de la niña huérfana, como Blancanieves o la Cenicienta, se le han matado los padres en un accidente de tráfico cualquier tarde de lluvia. Y es que ya debemos ser bastantes perjudicados… Yo me acuerdo de todos los que se van.
Las consecuencias sobre la psique humana de nuestro estúpido modelo de movilidad ya están generando leyendas, como los dragones, los basiliscos y el resto de los monstruos en los que nuestro inconsciente colectivo descarga simbólicamente los sufrimientos enormes que causan esas muertes prematuras.
Ya es hora de cambiar de modelo. Si le ha gustado «Lilo y Stitch» por las mismas razones que a mí, o por otras, dígamelo…
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Homenaje a otro mito trágico : Elvis lives forever…
http://news.bbc.co.uk/media/images/38317000/jpg/_38317013_lilostitch150.jpg
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