29 de enero de 2014
Me parece muy normal que vea usted
como una amenaza a su futuro
unas prospecciones en busca de petróleo
a poca distancia de estas islas tan pequeñas.
Aquí, los medios de vida de gran parte de la población
proceden de las diversas actividades turísticas.
Pero conviene recordar que la base energética
del estúpido modelo de movilidad al uso
es el consumo inmoderado de petróleo.
Por eso me resultarían mucho más asumibles sus reivindicaciones si vinieran acompañadas de eso que se llamaba antes «propósito de enmienda» en lo tocante al uso y abuso de los coches para ir a todas partes y a todas horas. Al parecer, las «leyes del mercado» condenan a las personas que viven en ciertos lugares del mundo a padecer una guerra atroz cada diez años para evitar que suban los precios del crudo. A usted le parece maravilloso que haya pozos de petróleo en otras partes, pero no los quiere aquí. En los Estados Unidos dirían que es usted un «Nimby», término que viene de las iniciales de «Not In My Back Yard», no detrás de mi casa. No se opone usted por principio a que las multinacionales sigan haciendo sus negocios, pero no quiere que extraigan crudo cerca de aquí.
Pues ya ve usted, esto es como el tráfico de drogas. Mientras haya demanda, seguirá habiendo oferta. Si no cambiamos de quilla a perilla el estúpido modelo de movilidad al uso, no tenemos derecho a quejarnos cuando nos alcanzan y nos pasan por encima las consecuencias lógicas de nuestras propias acciones. En su día no conseguimos evitar las autopistas. Procede estudiar los errores de la Plataforma, porque veo que los estamos repitiendo uno por uno. A ver si esta vez tenemos mejor suerte y más tino. Paso corto, vista larga y…
El camino del infierno está empedrado de buenas intenciones.
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