Mohammad Ghoneim - Hoy no discutiré con aquellos que quieren parar esta revolución
Mansoura, Egipto, febrero de 2011
Hoy no quiero oír hablar del precio que esto tiene en la economía, porque cualquier niño de doce años te dirá que si de todos modos estoy perdiendo diez dólares cada día, perder un dólar más durante un mes para detener esta pérdida de diez dólares diarios es una buena inversión. La economía está sufriendo porque está construida sobre políticas ridículas que no dirigen nuestros esfuerzos como nación a producir ni a formar nuestra fuerza laboral para ser capaz de producir nada. De esto es de lo que sufre nuestra economía y no de la revolución.
Hoy no quiero oír hablar de agendas extranjeras o de quién está tratando de conducir qué tendencia, ni de los Hermanos Musulmanes tomando el control, porque cuantos más egipcios patrióticos formen parte de esta revolución más fácil nos será reducir la influencia de las susodichas agendas.
Simples matemáticas: si somos mil en la Plaza de la Liberación y 300 son Hermanos Musulmanes, eso es un 30%. Si los 700 restantes se van eso hace que lo que antes era un 30% ahora sea el 100% de la representación. En cambio, si en lugar de irnos aumentamos en número a 3.000, por ejemplo, los Hermanos Musulmanes quedarían representados en un 10%. Decidme, ¿qué es mejor?
Hoy no quiero oír hablar de “hemos conseguido casi todo lo que queríamos”, porque simplemente es basura. Sólo estamos consiguiendo pieza a pieza y, a día de hoy, no hemos conseguido ¡CONCESIONES REALES! Tenemos un presidente que dijo que “no pretendía seguir como presidente” y “le diré al Parlamento que discuta los artículos 76 y 77” y que no dijo palabra alguna de la supervisión jurídica de ningunas futuras elecciones (artículo 88) o levantar el estado de emergencia, y que nombró a gentes leales a él para el nuevo gobierno. Tenemos un nuevo gobierno que aún no está haciendo nada para proteger a la gente y que nos está tratando como si fuéramos imbéciles, pretendiendo hacer como que escucha las demandas de libertad y dignidad, en tanto la televisión estatal emite la misma propaganda a la que hemos estado acostumbrados los últimos treinta años. Tenemos un nuevo General al frente que dice que restablecerá el orden pero no lo hace, que dice que va a proteger a la gente, pero no lo hace, que dice que los manifestantes primero han de irse a casa y DESPUÉS haremos lo que ellos quieren ¡COMO SI ESTUVIERA TRATANDO DE QUITARLE DE LAS MANOS UN JUGUETE A UN NIÑO OFRECIÉNDOLE CHOCOLATE!
Hoy no quiero escuchar razones necias sobre la constitución y cómo es mejor que él se quede en el despacho por este o aquel artículo y que si él se fuera ahora, el Vicepresidente no tendría la legitimidad necesaria para cambiar la constitución o disolver el Parlamento, porque hacer esas dos cosas, simplemente requiere una palabra: “Por la presente ordeno suprimir el artículo tal y tal, y disuelvo el Parlamento”. ¿Necesita nueve meses para decir una docena de palabras? ¿De verdad? Y en el caso de que la constitución imposibilitara estos cambios que queremos, entonces lo que él debería es cambiar la constitución. ESTO ES UNA REVOLUCIÓN, y las revoluciones cambian cualquier cosa que se interponga en su camino.
Hoy no quiero oír hablar de asuntos de mayoría/minoría que sugieren que hay más gente a favor de Mubárak, o que los que están en la Plaza de Tahrir (Plaza de la Liberación) no nos representan a todos, porque si bien recuerdo hasta hace diez días el 99% de esta población se quejaba constantemente de la situación en horrible crecimiento que nos afecta a todos. Aquellos que tenían estaban inseguros, y los que no, se morían por tener. La corrupción está en todas partes de la sociedad, y los servicios de educación y salud no son ni siquiera dignos de animales. Así que si de repente tú eres pro-Mubárak, entonces en primer lugar no deberíamos ni comunicarnos, porque según mi memoria ni siquiera existes.
Hoy no quiero oír hablar de “Papá Mubárak”, o de él como símbolo, y de que “no deberíamos echar por tierra nuestros símbolos”, porque simplemente es la mayor basura que he escuchado en mi vida. Como podéis juzgar por mi nombre y mi cuenta bancaria, él NO es mi padre, nunca lo fue y nunca lo será. Mi padre es un ser humano respetable, que nunca cogió aquello que no le pertenecía, ni infligió daño a otros seres humanos. Y si queréis decirme que deberíamos juzgar justamente y que cada uno tiene algo bueno y algo malo, entonces os diré que me importa un bledo cuántos BMW circulan en las calles o que todos tengamos ahora móviles, porque en primer lugar él no nos los compró, ni parece que nos hayamos convertido en seres humanos sólo por haber conseguido no retroceder al estado de un pueblo que usa camellos como transporte y manda señales de humo para comunicarse. Estos NO SON LOGROS, amigos míos. Y los puentes son fantásticos, pero a mí no me importa caminar sobre la tierra.
Por último, hoy no quiero oír estas tonterías acerca de nuestra imagen en el exterior. Y cómo mejoraría nuestra imagen si él terminara su período en el despacho y después se fuera, porque puedo deciros de primera mano que nunca jamás antes hemos sido tan admirados y tan respetados por todo el mundo como ahora lo somos, gracias a esta pacífica, civil y extremadamente honorable revolución. Nunca jamás he estado más orgulloso de ser egipcio y nunca he encontrado tantas palabras de ánimo y admiración como en estos últimos diez días y ¡soy egipcio desde hace algún tiempo ya!, así que por favor escuchad mi palabra.
Egipto...